Todo empresario y emprendedor desea que su negocio esté bien protegido y resguardado. La mejor forma de hacerlo es mediante el derecho corporativo (una rama del derecho mercantil), pues ayuda a blindar una relación segura entre trabajadores, proveedores, socios y otros actores que sean importantes en el devenir de la organización, así como tener una base sólida para cumplir sus derechos y obligaciones.
La gestión jurídica corporativa puede ser más compleja de lo que parece, pues una empresa tiene el compromiso de cumplir una serie de proyectos de crecimiento y expansión, e incluso de innovación; lo que requiere de estrategias eficaces de derecho corporativo para lograr los objetivos del negocio.
Usualmente se subestima la importancia e impacto que tiene el derecho corporativo en las organizaciones, pues se desconoce su alcance, hasta que hay un problema, una demanda o simplemente obstáculos que nos impiden avanzar, perdiendo en el mejor de los casos tiempo y en la mayoría de las veces: dinero. Gracias a esto se minimiza el verdadero potencial de una empresa, pues necesitamos proteger y prevenir junto a Abogados corporativos que entiendan la visión de negocio de la empresa, los intereses y pasos futuros.
Imagina por un momento que tu empresa queda vulnerada para atender la demanda de mercado de tu producto estrella, por un contrato mal establecido con algún proveedor, o la problemática financiera por los efectos fiscales no contemplados al constituir una sociedad bajo cierta personalidad jurídica. ¿No parece poco, cierto?
Estos son tan solo algunos temas, pues podrías desproteger a tu negocio en materia de propiedad intelectual/industrial, contratos, contabilidad e impuestos, demandas con trabajadores, marcas comerciales entre otros.
Y es que, no es suficiente gozar de un buen producto, comercialización, transporte, marketing, publicidad, etc., sino también se debe contar con un marco legal que le permita a la empresa estar segura y protegida en aspectos básicos de su operatividad como: la prestación del servicio, el arrendamiento de las oficinas, la confidencialidad de los colaboradores con la información interna de la empresa, temas de comisiones mercantiles, entre otros.
Figura 1: los principales temas que abarca el derecho corporativo.
Los contratos en las empresas.
Uno de los factores que facilita la operación del negocio, son los contratos. Que se define, para efectos prácticos como, un documento en donde se establecen acuerdos, beneficios y obligaciones entre la organización y un tercero.
En la práctica, los contratos pueden tener diferentes alcances según el grado de complejidad de la operación, el uso de tecnologías o el tipo de empresa de la que se trate.
Cualquier organización que quiera crecer necesita apoyarse de una gestión de contratos eficiente y organizada, para asegurarse que el campo de juego se mantenga justo y claro.
No basta con tener “machotes” que rellenemos, según creamos conveniente. Debemos tener procesos y sistemas establecidos para su adecuada creación, firma, organización y resguardo, con base en las necesidades y la visión de la empresa.
Contar con un profesional es vital, una firma o abogado corporativo te asesorará en 3 aspectos fundamentales para los contratos:
- Los derechos y obligaciones que causan cada tipo de contrato que firmes
- Las bases jurídicas para su implementación, sustentación y en su caso defensa.
- Los efectos fiscales que tiene para tu empresa.
Por ello depender de nuestro criterio o la buena fe de nuestra contraparte sería un error, a pesar de las buenas intenciones.
Un despacho especializado en la materia nos asegura:
- Que un profesional recopilará las solicitudes de las diferentes áreas, asesorará y creará el contrato específico que se requiera.
- Ayudará en la revisión y aprobación del contrato con clientes, proveedores y colaboradores, haciendo los cambios necesarios hasta su firma.
- Revisará la ejecución del contrato, validando que se pongan en práctica los derechos y obligaciones de ambas partes.
- Organizará y almacenará los diferentes contratos con su respaldo documental.
- Se encargará de las modificaciones y renovaciones, teniendo control de las vigencias y vencimientos.
Principales contratos en las empresas
Este proceso puede darse desde lo más sencillo de la operación de la empresa hasta lo más complejo. Hablando de lo básico, lo más utilizado por cualquier empresa serían:
- Actas constitutivas
- Contrato individual de trabajo
- Contrato de arrendamiento
- Contrato de compraventa
- Contrato de prestación de servicios
- Contrato de comisión mercantil
- Contrato de confidencialidad
Figura 2: Tipos de contratos para las empresas.
Mientras más grande y entramada se vuelva el día a día de la empresa, con mayor cantidad de colaboradores, proveedores y clientes, requerirá un grado más de especialización.
Conclusiones
Necesitamos una visión amplia de negocio, que nos permita asegurar su funcionamiento. La cultura de la prevención es algo que debe estar en nuestro ADN si queremos organizaciones competitivas. Dar certidumbre al futuro de nuestra empresa requiere dar un paso al frente con los colaboradores , clientes y proveedores.
Dejar a la deriva cuestiones fiscales, contables, contratos, sociedades puede traer graves consecuencias. El derecho corporativo debe ser tan importante como el marketing, la innovación, el servicio al cliente o la distribución de nuestro producto o servicio. Este tipo de empresas son organizaciones inteligentes, con la flexibilidad y agilidad necesarias, para sobrevivir a un mundo hiperconectado.